-->
Hace
unos días, en el pleno de la Comunidad de Madrid, su presidente,
Ignacio González lanzó una propuesta novedosa: intentar que los
planes de estudios de los grados de Magisterio (los que preparan a
los futuros maestros) fueran modificados, dando mayor protagonismo al
estudio de las asignaturas de mayor peso funcional como Lengua,
Matemáticas, Inglés y Ciencias. En la actualidad estas asignaturas
no tienen peso en la carrera mientras otras, de nombres tan
sugestivos como “Aprendizaje y Desarrollo de la
Personalidad”, “Procesos y contextos educativos “y “Sociedad,
Familia y Escuela” sí aparecen en los planes.
Esta comprensible decisión del
presidente madrileño viene determinada por los resultados que
obtuvieron los maestros en una prueba de conocimientos generales que
se hizo en las últimas oposiciones de la Comunidad de Madrid, en la
que el 72% de los opositores fue incapaz de alcanzar el aprobado.
Este escandaloso dato, que ya fue comentado en nuestro blog el año
pasado, demuestra en última instancia la bancarrota educativa en la
que se encuentra el sistema. Es lógico que el presidente se plantee
atacar esta lacrra de la única forma que él puede: tocando los
planes de estudio universitarios, que sí son de su competencia.
Ignacio González no puede tocar el currículo de primaria o
secundaria ni hacer leyes generales de educación. Por eso, ataca en
el único sitio que puede hacerlo. Así pues, insisto, se trata de
una decisión comprensible.
Sin
embargo, convendremos todos en que las bases de las matemáticas, el
conocimiento adecuado del español y los rudimentos básicos de la
lengua inglesa o de las ciencias no deben ser aprendidos, por lógica,
en una carrera universitaria. Estas bases del conocimiento humano, en
un profesor y en el que no lo es, deben ser aprendidas en las aulas
de los colegios y los institutos y llevarse ya absolutamente
comprendidas e interiorizadas a la universidad.
Desafortunadamente,
todos sabemos que esto no es así hoy día. Tenemos un sistema que
aprueba a los alumnos y los titula en 4º de ESO con dos y tres
asignaturas suspensas. Yo he tenido alumnos en 1º de Bachillerato
que no habían aprobado Lengua ni en 2º ni en 3º ni en 4º de ESO.
Y aún así titulan. Esa es la realidad. Cuando llega la hora de
elegir carrera, optan por lo más sencillo y acaban en Magisterio o
en carreras sencillas y poco valoradas de humanidades.
Atrás
quedaron los tiempos (años cincuenta y sesenta) en que los maestros
eran personas inteligentes que no habían podido hacer una carrera
porque no tenían recursos. Muchos de esos maestros saben mucho más
que muchos licenciados actuales.
Pero
la LOGSE trajo un modelo que ha conducido a que los profesores (ni en secundaria ni en primaria) no
sepan de lo que tienen que enseñar. Los prodcutos de la LOGSE ya tienen 30 años, son nuestro producto y todos sabemos cómo han alcanzado en muchos casos sus dobles titulaciones... Y esa generación de profesores será la realidad
mayoritaria en los centros en los próximos años si no se hace un
sistema de acceso muy rígido y que impida que los incapaces entren a
dar clase. Ese es uno de los retos.
El
otro es que todos los profesores en secundaria y los maestros en
secundaria, suspendamos sin misericordia a quien merece ser
suspendido. No hay otra solución para el sistema y para nuestra
nación. Desafortunadamente, eso no lo puede hacer Ignacio González.
Lo tenemos que hacer nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario