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sábado, 29 de junio de 2013

La influencia de las TIC's en el 15.M. La generación estafada (4)





Por fin ha acabado el curso. Todos hemos tenido muchas presiones estos días. Exámenes, juntas de  evaluación, informes de evaluación, informes de departamento, informes de tutorías, etc. Papeles y más papeles que rellenamos año tras año y que acabarán sin ser leídos en un horno crematorio secreto que me han dicho que hay en las distintas delegaciones de educación.

Esa es la razón de que haya bajado (y mucho) el pistón del blog estos días.

El otro día, un buen amigo y lector del blog, delante de un plato de ventresca de atún rojo en plena playa (son los privilegios de vivir en Cádiz), me dijo que por qué insistía tanto en el análisis de la generación estafada. Entonces le hice partícipe de algunas ideas que tengo sobre la naturaleza de las distintas generaciones que hoy conviven en nuestra nación: la anterior al año 45, la de los años 45-55, la de los años 55-63, la de los años 64-70 y la de los años 71-79. En mi opinión son estos los límites generacionales que existen en España. Y pienso que cada una de estas generaciones tiene unos rasgos marcados y condicionados indiscutiblemente por el sistema educativo que vivió. La única razón por la que me he centrado en esta generación y en este blog es que esta es la primera moldeada por la LOGSE.

De hecho, escribir sobre la influencia de la LOGSE en el cuerpo social me ha hecho plantearme la posibilidad de analizar en mayor profundidad el sustrato ideológico y material que la ha permitido y reflexionar también sobre las relaciones que en la Restauración borbónica desde 1975 se han establecido entre la ideología dominante y la ideología mayoritaria. No se trataría tan solo de analizar en este caso a los nacidos con posterioridad a 1980 sino a todas  las generaciones que conviven en nuestra nación actualmente, desde la generación hegemónica que sigue siendo la de los años 1945-55 hasta la actualidad. Lo que ocurre es que quizá ese material excede ya el ámbito de este blog y quizá será necesario ubicarlo en otra parte (en otro blog o en otra publicación diferente). Si ello ocurre, avisaré a los lectores de este blog, por supuesto.

Y hechas estas aclaraciones, pasaremos, a analizar otro de los rasgos más sobresalientes del movimiento 15-M y es la enorme influencia de las TIC's. Tal y como ocurre en el sistema educativo, donde los aspectos de la informática y las redes sociales se han convertido en una de las aspiraciones del sistema, ejemplificada en el hecho de que esta sea una de las ocho competencias básicas, el movimiento del 15-M ha tenido una estrecha relación con las nuevas tecnologías.

Las convocatorias de acciones y actividades, los foros de discusión o incluso el empleo de Facebook para mostrar la propia participación en las acampadas ha sido una de las señas distintivas del movimiento, quizá el primero con evidente relación con las redes sociales. De hecho, se ha producido una sacralización de este aspecto por los propios integrantes del movimiento. Hay entre ellos un placer y un orgullo en el hecho de que Internet haya desempeñado un papel en todo esto, porque se trata de una generación que ha crecido naturalmente usando las redes sociales. Pero la Red no deja de ser un medio (y no un fin) y el hecho de que se convoque un acto por la Red, se participe en foros de opinión o se cuelguen en Facebook fotos de la asistencia a una acampada, no se va a conseguir nada. Lo que da frutos es el temor de los gobernantes a que si no modifican sus normas ellos sufrirán de alguna forma las consecuencias. No se pueden mitificar en este sentido la influencia de Internet. Y creo que en este sentido ha habido y hay demasiada gente en estos actos preocupada excesivamente (no diremos únicamente) de llevarse su móvil o su camara de fotos para poder colgar en su perfil de Facebook fotos que atestiguasen su pedigree revolucionario. El objetivo no era conseguir nada, sino exhibir su propia persona y su propia indignación.


No podemos subestimar la influencia de los medios en los acontecimientos históricos. Sería absurdo plantearse que la conquista de América se hubiera llevado a la práctica sin armas de fuego. La hegemonía estadounidense se cimentó entre otras cosas en la bomba atómica. Pero tampoco se puede sobreestimar. La palabra escrita fue un medio revolucionario de transmisión de ideas. Sin embargo, en Guerra y paz, León Tolstoi narra cómo el estado mayor daba las órdenes en las batallas napoleónicas a través de cartas que llevaban jinetes a los generales en los distintos puntos del campo de batalla. Pero estas cartas, en el fragor del combate, rara vez llegaban a su destino y a su tiempo, con lo que no acababan sirviendo de nada. Entorpecían más que ayudaban. Internet es también otro medio, que puede ser muy útil, pero que usado de forma equivocada también puede convertirse en un lastre.





La influencia de Internet es visible en diferentes cuestiones. Por un lado, en la forma de debatir. En las asambleas del 15-M el micrófono se pasa de mano en mano y cada uno hace su aportación del mismo modo que se acumulan los comentarios en las noticias de los periódicos. Una opinión tras otra que suscita un me gusta o un no me gusta… Aplausos con las manos extendidas al cielo… Y punto. La ausencia de organización y la mimetizacón de la Red a la vida tangible ha conducido en la práctica a un modelo de debate poco productivo, donde cada uno se preocupa de exponer una idea para que sea aplaudida unos instantes. Ausencia de profundidad es la consecuencia de todo esto. Cada uno da una opinión que le sirve como válvula de escape.



Pero esta influencia de la Red no es algo formal sino también de contenido. Y es que en este sentido,  en mi humilde opinión, en esta crisis (y no me refiero solo al 11-M) la Red está sirviendo más como válvula de escape que como émbolo de las tensiones sociales. Es decir, Internet está sirviendo para que la población libere sus tensiones personales y no para que las concentre contra un objetivo determinado ¿Por qué digo esto? Pues porque  la propia naturaleza de la Web (su libertad de navegación) hace que la Red se convierta en un oasis en la crisis, en el que, mientras uno está navegando, disfruta y es libre, pues solo acude a las páginas que le gustan y moldea el mundo caprichosamente a su antojo. Es un parque de atracciones mediático en el que los usuarios se olvidan de problemas y frustraciones mientras que juegan o navegan, con lo que la Red sirve más como mecanismo de contención del sistema que un foco de rebelión.



Quedan más cosas por tratar sobre este movimiento, pero ya llegan las vacaciones y hay que concentrarse en otras cosas…



¡Un abrazo y hasta septiembre!



2 comentarios:

Álvaro Fernández dijo...

En esto estoy de acuerdo a medias. Efectivamente, internet es un medio y no un fin, en eso se equivoca mucha gente. Es verdad que facilita mucho la comunicación y que el "movimiento" 15M o los traficantes de drogas pueden sacarle mucho provecho (también pueden ser rastreados con facilidad por la policía, por cierto).

Destacar la influencia de internet en el 15M, como hacen los medios de comunicación, es hablar de una obviedad, es lo mismo que destacar la influencia del metro en las manifestaciones del postfranquismo y primera transición, puesto que permitía a los vecinos de los barrios trasladarse con facilidad al centro de Madrid. La aparición del tren en el siglo XIX, por cierto, igual que la del libro anteriormente también supuso una mayor facilidad para la difusión de las ideas revolucionarias. Sin tren, la Revolución Rusa habría sido otra (o no habría sido).

Alguna vez lo he dicho por aquí, estos muchachitos se pensaban que enviado tweets iban a cambiar el mundo, "como en Egipto". Pero allí salieron a la calle a jugarse la vida (está por explicar la represión de los últimos días de Mubarak). Aquí, con un policía que saque la porra se acaba la fiesta.

Maravillados por el nuevo dios, Steve Jobs, se nos olvida que internet, en el fondo, no deja de ser un medio de comunicación.

Eduardo López Prieto. IES Javier de Uriarte (Fuentebravía) dijo...

Álvaro, he releído tu comentario y estoy de acuerdo con él al 100%. Por otro lado, no sé dónde está la diferencia de matiz que planteas sobre lo dicho por mí en la entrada. Ojalá todos los desacuerdos del mundo fueran como este...

Saludos cordiales.