Acabamos hoy esta serie sobre la LOGSE planteando las razones que
explican que esta ley se haya sostenido en el tiempo. Y la principal razón fue
justamente la que aducía Ángela Merkel en nuestra entrada anterior, la
incapacidad de toda la sociedad de sustraerse al ambiente. La enorme fuerza de
la ideología dominante en ese momento, como explicamos en la entrada anterior,
tuvo un peso decisivo a la hora de movilizar a miles de personas en defensa de
la ley. Pero además, influyeron otras razones utilitarias, tanto por parte de
los docentes como entre los propios padres y alumnos (los usuarios del sistema)
que hicieron que la ley se mantuviera (y en su esencia se mantenga bajo el
disfraz LOMCE) durante tanto tiempo. Examinaremos hoy estas dos cuestiones.
Porque lo cierto es que la ley cayó mal entre el profesorado de los
institutos de bachillerato. Durante el debate previo (la fase que se llamó del
libro blanco) se ignoraron, como siempre, las ideas de los profesores
contrarios (mayoritarios en los claustros) y se dio cancha a las opiniones
sindicales. Lo cierto es que desde que
se instauró la ley sobre 1993-1994, se produjo un ambiente de absoluta
desmoralización docente y, llenas las aulas de alumnos que hasta entonces no
acababan la primaria, el profesorado entendió que en la práctica, la base de la
ley consistía en bajar los niveles de conocimientos para que los alumnos
pudieran aprobar. De otra forma, el fracaso escolar sería de niveles
estratosféricos, pues no llegaría ni a la mitad el número de aprobados.
Pero para entender cabalmente lo ocurrido hay que retrotraerse unos
cuantos años. Yo, como muchas otras personas, afortunadamente, di clase en los
últimos años del BUP y viví en primera persona los años de transición hasta que
la LOGSE se implantó definitivamente. Es por ello que creo que estas
reflexiones pueden ser útiles, sobre todo a profesores que no han conocido, ni
siquiera como alumnos, lo que fue el BUP.
Hasta entonces (años ochenta del siglo pasado) los profesores de
Bachillerato recibían a un porcentaje de alumnos que rondaba según las zonas de
mayor o menor nivel sociocultural entre el 30 y el 70% de los niños
matriculados en EGB. El profesorado de FP recibía, básicamente, a los alumnos
que no habían aprobado la EGB, lo que suponía en la práctica de un 20% a un 40%
de la población en edad escolar. Los maestros soportaban en los colegios a
repetidores recalcitrantes de 6º, 7º u 8º de EGB hasta los catorce años o más.
Un gran grupo de personas abandonaban el sistema educativo con catorce años, sin
haber superado el 6º de EGB. Podíamos decir que entre el 15% y el 25% de los
menores de 16 años, estaba por las calles, en plenos años ochenta, trabajando o
fumando porros. Imagínese por tanto el profesor actual su clase de ESO sin el
60% de los malos alumnos que ahora contiene. Obviamente, sería un paraíso, ¿a
que sí? Sigamos con el recuerdo del pasado. ¿Cuántos alumnos llegaban a la
universidad? Pues también un 60% menos aproximadamente. Eso quiere decir que el
nivel medio de los estudiantes en las universidades era superior, por razones
obvias.
Al entrar los alumnos repetidores de la EGB (con toda la problemática
personal y social que eso conllevaba), al ingresar en los institutos de BUP todo
el alumnado que rompía las puertas de los institutos de FP (literalmente), las clases
cambiaron en un solo curso su fisonomía. La disciplina pasó a ser la cuestión
central y los conocimientos fueron suplantados por aquello de la evaluación en
procedimientos y actitudes que los profesores ridiculizaban, pero aplicaban al
fin y al cabo. Había que intentar atender a todos en la misma aula porque
entonces el PSOE triunfante no admitía ni la diversificación, ni los desdobles
ni todos los eufemismos y trucos que luego inventó. Todo eso llegó luego.
Entonces había que atender a todos juntos. Y ¿cómo hacerlo si no era bajando
los niveles cuando se tenían mil niños que no sabían nada? Pues así se adaptó
el profesorado al ambiente. Algo mejor que Ángela Merkel, desde luego.
Pero ahora pensemos. Si se reimplantara el BUP, habría problemas, claro,
pero no los que se sufren hoy. Muchos dirán (y con razón) "claro, si hubiese un
60% menos de alumnos, las clases serían mejores, pero... también sobrarían el
60% de los profesores que hay en los IES". Y esto es incuestionablemente
correcto. Y un porcentaje importante de profesores tendría que estar todo su
horario en los FP, soportando a los peores alumnos, mientras en los institutos
otros profesores (los de bachillerato) vivirían mucho mejor. Y en los colegios, los maestros volverían a recibir a
los alumnos repetidores de EGB (lo peor de lo peor) con todo lo que eso
conlleva. Y en la universidad, los profesores perderían el 60% del alumnado, lo que supondría
en la práctica el cierre de todas las universidades de bolsillo surgidas en
Almería, Castellón, Alcorcón o Jerez y el despido de miles de profesores
Quizá ahora podamos comprender quienes salieron ganando y cómo con el
cambio legislativo. Los que más ganaron fueron los nuevos profesores
univesitarios, que pasaron a tener un trabajo donde no lo había. Miles de
alumnos que hacían FP pasaron a ser universitarios dando lugar a miles de plazas de profesor. Lamentablemente, estas
plazas fueron en muchos casos surgidas al hilo del poder autonómico y por ella
el acceso a las mismas estuvo vinculado al poder político, sobre todo en
carreras como Derecho, Ciencias políticas o Económicas. Esa ha sido y es la
cantera de la casta politica española que hoy nos dirige. Y si no lo creen,
observen el currículo de nuestros diputados (sobre todo del PSOE) como Zapatero o Carmén Chacón.
De militante a profesor universitario para luego ser político
profesional. ¿Cómo iban a estar en contra de la LOGSE?
Los segundos más beneficiados fueron los maestros. ¿Pero cómo?, dirá
alguien, si resulta que perdieron dos de los ocho cursos. Sí, pero perdieron
por fin y para siempre a los alumnos conflictivos. Ya no tienen alumnos de más
de 160 centímetros ni de más de 65 kilos. Esos se fueron a los institutos para
no volver jamás. Bastaba con aprobarlos. Además los maestros que quisieron,
pudieron ascender marchándose a los institutos aumentando su salario. Además,
ganaron alumnos de Infantil, muy trabajosos, pero manejables. Salieron miles de
plazas de maestro de Infantil. Desde entonces, eso ha sido así siempre, porque
al cabo de varios años, todos los que aprueban por Infantil piden el traslado a
Primaria con lo que para Primaria nunca hay plazas. Es importante señalar que
desde la transición, los maestros copan los puestos de responsabilidad en los
sindicatos de clase por razones que otro día explicaremos. Es decir, de
sindicalista a maestro, para luego volver a ser sindicalista o político
(algunos). ¿Cómo iban a estar en contra de la LOGSE?
Los terceros más beneficiados fueron los profesores de FP que se vieron
equiparados con los profesores de Bachillerato (cuando hasta entonces eran
oposiciones distintas de 50 y 85 temas respectivamente) y pudieron pedir
traslado a los antiguos institutos de bachillerato donde los alumnos no eran
conflictivos. ¿Cómo iban a estar en contra de la LOGSE?
Los cuartos y más grandes beneficiados fueron los interinos. Al amparo de
la LOGSE, como ley orgánica se convocaron miles de plaza para satisfacer a
profesores que tras diez o veinte años de servicio habían sido incapaces de
aprobar una oposición nunca. En un examen de 20 puntos, 10 eran por antigüedad.
Yo mismo, con un 9'55 no aprobé en 1993 mientras mi vieja profesora de
Literatura aprobaba con un 4. Esos miles de personas, que también copaban los
sindicatos, desequilibraron el cuerpo de profesores de bachillerato hacia la
ignorancia y la falta de conocimientos. Si ellos mismos habían aprobado
suspendiendo, ¿cómo iban a ser rigurosos con los alumnos que tenían que
evaluar? Lo importante acabó siendo ser buenas
personas y ayudar a los demás. ¿Cómo iban a estar en contra de la LOGSE?
Los quintos más beneficiados fueron los pedagogos, que de no existir en
los centros pasaron a ser los mentores, los gurús y comisarios políticos de los
cambios. Eran ellos quienes, provenientes del cuerpo de maestros, podían ahora
hacer y mandar sobre aquellos compañeros que en el bachillerato les habían
superado en notas y capacidad. Ahora tenían la sartén por el mango. Miles de
plazas salieron para ellos. ¿Cómo iban a estar en contra de la LOGSE?
Los perjudicados fueron dos. Los primeros, los profesores de
bachillerato, que se vieron igualados con los de FP y además tuvieron que
soportar alumnos de un tipo al que jamás se habían enfrentado. Cualquier
profesor actual puede imaginarse esto simplemente con suponer que los peores
alumnos de su clase, esos que les dan pesadillas, les dijeran que no van a volver
nunca. Reacción: creemos que ha llegado el cielo a la tierra. Ahora el caso
inverso. Tras tres meses de no venir a clase, esa turba multa hace de nuevo
irrupción en el aula. Reacción: delirium tremens. Pues eso es lo que pasó.
Los segundos y más perjudicados, los destruidos, fueron los catedráticos.
El PSOE aprobó una norma que deshacía su cuerpo (hasta entonces era una
oposición distinta de 100 temas, una bola). A partir de la LOGSE estos pobres
seres (que hasta entonces eran rutilantes Jefes de departamento vitalicios por
ley y por las oposiciones) se encontraron con que se podía acceder a la cátedra
simplemente por tener una antigüedad de 8 años y presentar una memoria. Eso fue
el acabóse del cuerpo. En los antiguos FP's hubo hasta catedráticos que no
tenían la carrera hecha. Y esto es una realidad. La desmoralización cundió
entre estos dos colectivos. ¿Cómo iban a estar a favor de la LOGSE? Pero eran
menos que los demás y además eran vistos como los privilegiados del sistema.
¿Por qué no acabar con los privilegios? Al fin y al cabo, el socialismo no reconoce los privilegios.
La acción de los políticos, los inspectores y los pedagogos como
comisarios políticos en los centros hizo el resto. La enseñanza cambió
iniciando un proceso de degeneración que nos llevó a la sima de ignorancia a la
que ha conducido a España, donde un universitario comete frecuentes errores ortográficos o no conoce elementos básicos de la historia de España o del mundo. Esa fue la realidad.
¿Y la sociedad qué hizo? Pues todos se acomodaron al ambiente porque
también tuvieron sus compensaciones materiales. Los alumnos, que eran aprobados
sin esfuerzo… ¿cómo iban a protestar? Los alumnos a los que se ponía un 10 y
merecían un 7 ¿cómo iban a protestar? Los alumnos díscolos a los que cada día
se les consentía más y más… ¿cómo iban a protestar? Y esos padres que veían que
sus hijos progresaban adecuadamente en primaria y luego llegaban a ESO y a Bachillerato,
arrastrando una o dos, pero pasando un curso tras otro se plantaban en la
universidad. Y allí conseguían una beca y luego se iban al extranjero con la
beca Erasmus y luego titulaban. Y al final eran los primeros licenciados de su
familia. Cien generaciones hasta obtener un título universitario. ¿Y quién iba
a decir que al final un título no era tan difícil a condición de que se
estudiase? Valía la pena votar por estos políticos que habían hecho un sistema
educativo tan bueno que además, según decían, había dado lugar a la generación mejor
preparada de la historia.Al final, todo volvía a su punto de partida, los
políticos que hicieron posible este
milagro. Y como en las estafas piramidales, así siguió (y sigue) toda esta
historia hasta que llegó la crisis y se vino abajo el castillo de naipes.
Entonces, el sistema hizo crisis y sus supuestos beneficiarios (sus estafados,
mejor dicho) formaron el 15-M porque sus títulos no valían nada. Pero esto ya
es el objeto de otra de nuestras series.
Las conclusiones de todo esto son demoledoras:
1- La LOGSE benefició a unos colectivos en detrimento de otros. Los
beneficiados fueron los más cercanos al poder político. Los profesores de
universidad por su militancia en los partidos políticos (fundamentalmente en el
PSOE) que detentaban el poder autonómico. Los maestros y los interinos por su
dominio de los sindicatos UGT y CCOO, Los perjudicados los más alejados del
mismo.
2- La razón por la que el profesorado apoyó la ley tuvo relación con el
apoyo a las ideas progresistas insufladas desde el PSOE y con la mejora de sus
condiciones de trabajo. Se produjo una patrimonialización de la plaza de
funcionario.
3- La LOGSE, implementada en la práctica por los entonces oscuros
técnicos del ministerio (Rubalcaba y Barroso, marido de Carmén Chacón) fue
meditada con precisión fría y resultó por ello un éxito absoluto. Se implantó
con una escasísima oposición y durante décadas les ha servido para hacer
demagogia acerca de su bondad social.
4-La LOGSE solo será derogada tras un cambio generacional decisivo. Las
generaciones posteriores (a izquierda o derecha), los nacidos en los años
sesenta, setenta y ochenta no han sido capaces de impulsar y hacer hegemónico
un discurso que rompa con la ideología afín al PSOE creada por la generación
nacida entre 1945 y 1955.