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jueves, 23 de mayo de 2013

¿Por qué la LOGSE no se ha derogado en 23 años? La generación estafada (6)

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Hacemos hoy la penúltima entrega sobre la LOGSE analizando las razones que explican por qué esta ley no se ha derogado en veinte años ni se derogará sino cambia el discurso social dominante. En la última entrada dimos una serie de razones que explicaban cómo los profesores habíamos sido cómplices necesarios en esta gigantesca estafa. Pero aún nos queda por explicar por qué miles de docentes colaboraron en ella. Y hay dos razones fundamentales: la primera porque no fueron capaces de sustraerse al ambiente y la segunda (que analizaremos en la última entrada) porque muchos colectivos de docentes, miles de personas, creyeron que mejorarían sus condiciones de vida gracias a esta ley. Pero queremos dejar claro antes de nada que no es que el profesorado esté formado por personas ávidas de dinero. El proceso no fue así. El colectivo docente (obviamente estamos generalizando, porque todos no actuamos de la misma forma) aceptó la LOGSE porque creyó que las ideas que encarnaba eran correctas. De hecho, muchas personas (y todo lo que incluye la llamada Marea verde está en esta línea) siguen pensando que esta ley supuso importantes avances sociales y pedagógicos. Una vez aceptadas estas ideas, si además se obtenía un puesto fijo en la educación y se mejoraban las condiciones laborales, pues tanto mejor. 
 
Estos días atrás se han conocido en Alemania nuevas revelaciones acerca de la colaboración de la omnipotente Angela Merkel con el derribado régimen comunista de la RDA antes de 1989 donde fue una dirigente de las Juventudes Comunistas y hasta participó como portavoz de su último gobierno . La actual canciller democristiana ha replicado a estos hechos diciendo que al actuar así, ella simplemente se adaptó al “ambiente”. Es decir, su colaboración con un estado policial que secuestraba, torturaba y asesinaba en la propia ciudad de Berlín fue calificado por ella misma como “adaptarse al ambiente”. No pudo sustraerse a él.

Y en realidad, este detalle en la existencia de un personaje tan importante en la vida actual de todos los europeos evidencia una de las fallas de la condición humana. Cuando el entorno genera una corriente de opinión determinada resulta para los individuos muy difícil oponerse a ella. Sobre el raciocinio y la libertad individual, actúa como un huracán la corriente mayoritaria de opiniones ante la que el ser humano se retrae llegando incluso a olvidarse de su propio yo. En condiciones extremas, esto es advertible en cualquier manifestación de masas; sea esta un partido de fútbol donde una persona aparentemente normal acaba insultando al árbitro mientras lanza espumarajos por la boca o una manifestación política donde un educado joven acaba lanzando objetos contra las fuerzas del orden. En la vida cotidiana, esta languidez de espíritu, esta actitud pasiva ante los dictados de la ideología dominante se manifiesta como una aquiescencia ante los dictados que nos establece la sociedad. Entonces, solo unos pocos son capaces de mantener su criterio y oponerse al poder ideológico establecido.

¿Y de dónde vienen estos dictados? Pues sin llegar a asumir por completo la frase de Marx “la ideología dominante en una época es la ideología de su clase dominante” sí debemos aceptar el hecho de que en cada época hay una ideología que domina en el ambiente. Y esta ideología dominante es la que está detrás de la LOGSE y la que explica que no se haya derogado en veintitrés años (que ya son años) constituyéndose así en la aportación de la democracia española a la educación (así son de tristes las cosas). Una vez establecidas estas premisas, pasaremos ahora a realizar nuestro análisis.

Partiremos de la base de que el régimen surgido tras la muerte y dictadura del general Franco, la Segunda restauración borbónica, se afirmó tras el golpe de estado de 1981 y más en concreto con el afianzamiento del PSOE. Una vez lanzados por la borda el vocabulario y las tesis marxistas en 1979, la aspiración del PSOE fue convertirse en el partido hegemónico a izquierda y derecha (no olvidemos también este detalle) del espacio político que ocupaba. Y efectivamente, las elecciones de 1982 y 1986 demostraron que era un partido que gobernaba sin oposición. La opinión pública internacional suponía que Felipe era un lider casi eterno (mucho más cuando consiguió convencer a los españoles de que votaran SÍ a la OTAN cuando cuatro años antes les había convencido de que lo mejor era salir de la Alianza Atlántica). Este hecho por si solo habla del enorme prestigio social y la autoridad moral desde la que gobernaba el PSOE, asentado sobre una amplísima mayoría social. Y esas ideas que encarnó el PSOE fueron (y lo más importante, siguen siendo) la base ideológica del régimen democrático actual.

¿Y de dónde vino el arsenal de ideas? Pues básicamente de dos sitios: del mayo del 68 y de un cierto humanismo católico lo suficientemente mistificado para estar en contra de la pena de muerte y consentir sin embargo la ley del aborto. Es decir, en ningún caso las ideas del PSOE provienen del marxismo o de la propia tradición histórica del PSOE. Como sabemos, la actual dirección del PSOE arrebató las siglas a sus legítimos propietarios (Llopis y compañía) con el apoyo del SPD alemán (incluyendo maletines en dinero negro como en el caso Flick). Esta usurpación fue bendecida por los tribunales y por la Internacional Socialista de forma tan fulminante que la inmensa mayoría de la población española simplemente la desconoce.

¿Y cuáles son esas ideas? Intentaremos sistematizar brevemente solo algunas de las que inciden directamente en la educación:

1- El igualitarismo, que consiste no en la igualdad de derechos y deberes (eso es la igualdad, con la que estamos a favor) sino en la supuesta igualdad entre todos los seres humanos. Esto quiere decir, en opinión de las personas favorables a la ley que todos los estudiantes deben pasar por las mismas experiencias educativa independientemente de su capacidad y motivación. Lo contrario sería injusto. Pero esta idea es incorrecta por varias razones. La primera porque llevarla a la práctica es contraria al progreso social. Al tener todos las mismas experiencias, al cursar ESO, el nivel baja obligatoriamente de la misma manera que si en la misma barrica mezclamos diferentes vinos. Eso conduce a que el título de ESO se desvalorice con todas las negativas consecuencias posteriores que hoy todos sufrimos. Se sale de la universidad escribiendo con numerosas faltas de ortografía. Por otro lado, este igualitarismo que en teoría defiende el dercho por igual al estudio acaba defendiendo inexorablemente el derecho al título de todos por igual, ya que para que el alumno acceda a la Universidad debe terminar el Bachillerato, esto es, titular. Lo contrario supone vulnerar esa igualdad. Llevado ese igualitarismo hasta sus últimas consecuencias, cualquier persona con voluntad tiene derecho a obtener el título de Medicina y ser neurocirujano. ¡Que Dios nos pille confesados en los quirófanos!En esa Arcadia sin clases todo el mundo será universitario. No existirá la excelencia pues todos serán excelentes. Esto, como podemos ver, es una sandez de pies a cabeza. Sin embargo, quien se opone a estas ideas tan perniciosas será tachado de clasista. ¿Y quien quiere ser denominado así?

2- La ausencia de autoridad. Como resaca del franquismo, cualquier atisbo de autoridad es antidemocrático. El mayo del 68 ya proclamó entre sus eslóganes el “prohibido prohibir”. Eso se ha mezclado en España con la tradición católica según la cual se valoran las intenciones más que los hechos. De ahí ha surgido la idea de “tolerancia” que Zapatero llevaría a la máxima expresión denominándola “talante”. Esta perniciosa idea se ha traducido en muchísimos aspectos en el mundo educativo. Para empezar se tradujo en la ley de forma que se primaran las “actitudes” de forma que los niños simplemente voluntariosos titulasen. Esta es una idea dominante en los centros hoy día donde todo el mundo procura significarse “ayudando” a los alumnos a aprobar. Nadie quiere significarse por ser rígido en sus calificaciones. Basta con presenciar una junta de evaluación para ver que esto es cierto. La segunda consecuencia de todo esto ha sido la falta de autoridad, la lasitud que hoy domina (y seguirá dominando) los centros. La tercera manifestación es la tolerancia ante la violencia, los insultos o incluso las agresiones. Manifestarse de forma firme contra esto puede conducir a que una persona sea tachada de autoritaria, antidemocrática o directamente fascista. ¿Y quien quiere ser visto así por sus compañeros?

3- La sociedad es por naturaleza injusta y por tanto es la culpable de todos los males. Esta idea roussoniana, que sigue presente en los centros, impide cualquier acción encaminada a corregir los defectos del alumnado. Porque los elementos antisociales no son verdugos, sino víctimas de la sociedad. Se da por ello el paradójico hecho de que en la mayor parte de los casos (y en este blog ya lo hemos denunciado) los delitos de acoso no sean resueltos por los equipos directivos en los centros, ya que nadie tiene los arrestos suficientes para castigar los comportamientos antisociales. Los agresores acaban siendo tratados como víctimas y por ello, las verdaderas víctimas no pueden existir, no son asumidas por el sistema. Esto obviamente está relacionado con lo anterior, con la falta de autoridad. Una sociedad que perdona a un terrorista por arrepentirse o que dice que la función de la cárcel es rehabilitar socialmente, ¿cómo no va a consentir las conductas disruptivas en un aula? Si no se cree que las conductas individuales son responsabilidad de quien las comente, sino de la sociedad se es tachado también de “injusto” o “autoritario”. Nadie quiere ser considerado así por sus compañeros.

Hay muchas más ideas dominantes, pero en síntesis, estas son las ideas que estaban en la base de la LOGSE y que siguen mediatizando la actitud de muchísimos docentes. Y mientras esas ideas no se abandonen y sean sustituidas por otras, el ambiente general será favorable a la escuela comprehensiva. Y los tibios seguirán inhibiéndose, dejando que esas ideas encaucen y condicionen su vida cotidiana y su actitud cuando se enfrentan a un alumno disruptivo en clase o cuando ponen las notas finales en junio. Tolerancia. Ni una expulsión de más ni un  aprobado de menos. Esta es la máxima que guía el sistema. Probablemente son los mismos que viviendo bajo el nazismo también se hubieran inhibido, porque muchas veces lo que hacemos tiene relación con nuestra propia personalidad y siempre es más fácil dejarse llevar por la corriente que luchar contra ella.

En la medida que la izquierda no abandone estas ideas desde sus más altos responsables, que es de donde fluyen hacia el resto de la sociedad, no habrá cambios en los centros. Por otro lado, el PP se ha acomodado a esta ideología dominante de la Restauración borbónica porque está convencido de que el consenso nacional se articula sobre ellas; es decir, creen que enfrentarse a ellas supone estrechar su base electoral lo suficiente como para perder las elecciones. Por eso la LOMCE continúa la estela de la LOGSE. Si los del PP no han acabado con la legislación abortista (que es un núcleo fundamental de sus ideas) ¿cómo van a acabar con la LOGSE?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javier,cuando llegué a la enseñanza hace 27 años un amigo que se jubilaba me dijo:"Manuel, veo a dos niños juntos y me parecen una manifestación". Me harté de reír...
Por entonces las cosas empezaban a cambiar.Hoy,a esa manifestación de niños de la que hablaba mi amigo hay que sumarle la de las familias.
Demasiada carga para este humilde docente. Enhorabuena por tu artículo fresco de opinión.

Eduardo López Prieto. IES Javier de Uriarte (Fuentebravía) dijo...

Hol, anónimo y bienvenido al blog: Efectivamente una gran parte de nuestros males radica en la irrupción de algunos padres en la dinámica del centro. Y digo algunos, porque en muchos casos estos pocos padres no son represetantivos de todos los demás, sino personas que simplemente tienen tiempo o ganas de estar en el Consejor Escolar por diversas razones. Mi experiencia en este órgano me dice que obstaculiza mucho más que aporta. Yo lo sustituiría por una comisión de padres y otra de alumnos que fuese informada por la Dirección del centro de sus acciones. Saludos cordiales.