Periódicamente, la administración demuestra su confianza en el profesorado y el valor que concede a las titulaciones aprobando por cualquier causa (la llaman extraordinaria) a un alumno ordinario. Es el Estado quien debe velar porque sus titulados obtengan un reconocimiento nacional e internacional tras años de esfuerzo. No hacer esto supone un agravio a los alumnos que aprueban después de trabajar en serio. Es como una empresa en la que cobran tanto los que han trabajado como los que no lo han hecho: la desmoralización laboral está servida. ¿Es ese el país que queremos?
De la misma manera que una empresa automovilística quiere que su marca sea sinónimo de rigor y calidad, un sistema educativo gana valor nacional (entre sus connacionales) e internacional (ante las instituciones y opinión pública internacional) cuando sus titulados responden efectiva y realmente a lo que se espera de ellos.
Pero no es eso lo que se hace en España (da igual el color político de las 17 repúblicas monárquicas bananeras que componen este país). En España se regala el título aunque nunca se haya dado un palo al agua. Así se construye la patria. Y eso lo saben los padres. Saben que una llamada a la inspección les da el aprobado. No hace falta que pongan razón alguna: ya será el propio inspector el que retorcerá la ley para salirse con la suya (con la del niño malcriado, que es lo que hay siempre detrás de estos casos).
Y eso ha pasado en Cádiz estos días. Alumna que en una asignatura no pega golpe en todo el año y muestra mal comportamiento. Exámenes suspensos por debajo de un 3. Notas de la profesora en la agenda diciéndoselo a los padres. Decenas de esas notas en la agenda. Suspenso en junio. Reclamación de los padres. Profesora que envia los exámenes fotocopiados y su cuaderno de registro diario y pide que la alumna entregue en delegación de Cádiz su agenda que corrobore su mal comportamiento y su cuaderno que demuestra su escaso trabajo anual .
Respuesta de la delegación: Las notas de la agenda son subjetivas y no se pueden emplear para justificar la presencia de negativos en la calificación. La alumna resulta aprobado. La profesora no reclama la decisión de la delegación por no calentarse la cabeza.
Situación actual: Profesora que tiene claro cómo funciona esto. Padres que lo tienen más claro aún. Niñata que pasa de curso gracias a ser una mimada. Niños trabajadores que ven cómo otro que no hace nada consigue el mismo premio que ellos. Titulación inútil porque todo el mundo que conozca a esa niña sabe y sabrá que es una malcriada y una ignorante. Todo gracias a los padres y a los políticos que los elevan.
Esto es España. Creemos que todo es posible. Podemos al poder...
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