En las entradas anteriores hemos ido
analizando diferentes aspectos sobre este tema y hoy ya vamos a
profundizar un poco más sobre el mismo. Y lo primero que hay que
señalar es que a esta pregunta no se le puede dar una contestación
fácil ni simple. De hecho, lo primero que hay que señalar, como ya
hacíamos en entradas anteriores, es que la idea de que esta es la
generación mejor preparada de la historia no ha surgido de sus
propios integrantes. Y esto hay que remarcarlo. Esta idea que se ha
hecho circular desde los medios no es fruto de la vanidad ni del
engreimiento. Ni siquiera de algo peor: la ignorancia o la estupidez.
No, por cierto. Esta idea circula porque la ha bombardeado en los
últimos años la partitocracia que nos gobierna y muy especialmente,
la fábrica de ideas (sic) del PSOE, verdadero impulsor, garante y
paladín de la LOGSE. Así pues, lo primero que hay que decir es que
debemos exonerar de responsabilidad alguna, bastante tienen ya con
sufrir las consecuencias de la crisis, a los integrantes de la
supuesta generación mejor preparada de la historia.
Lo segundo que hay que dejar claro es que hablar en términos tan simplificadores de la generación mejor preparada de la historia es una falacia en sus propios términos; es decir, ¿bajo qué punto y con qué criterios se mide algo esencialmente abstracto como es la preparación de una generación?. ¿qué es una generación y cuáles son sus límites? Por un lado, podríamos decir que esta generación es la mejor preparada si atendemos a que hay más gente escolarizada que nunca. Seres humanos como los que antaño (años 60) aparecían en la mili sin saber que era la izquierda o la derecha (nos referimos a la lateralidad y no a la política, claro) o leer silabeando (años 90) ya no abundan. Seguramente eso ya no existe en nuestro país y algo de culpa tiene la generalización del sistema educativo hasta los 16 años. ¿Pero era imprescindible pagar el peaje de que casi el 90% de los opositores a maestros actuales no sean capaces de descifrar un examen de primaria? ¿Era imprescindible pagar el peaje de la violencia escolar?
Así pues comenzaré por definir a
quiénes me refiero al decir la generación actual. Las generaciones
se definen no tanto por edades (que también) sino por la vivencia de
determinados hechos comunes en un tiempo y un lugar. Así podríamos
hablar de una generación de la posguerra española, de aquellos
niños que fueron marcados por haber vivido su infancia o
adolescencia en aquellos años, la generación del Flower Power en
EEUU por haber vivido su juventud influida por el consumo de drogas y
la lucha contra la intervención en Vietnam o la generación de la
EGB por haber vivido su infancia y adolescencia en España en el
tardofranquismo y el deshielo democrático bajo la influencia de ese
sistema educativo.
El sistema educativo representa en la
actualidad el rito de transición más importante entre la infancia y
la juventud sustituyendo los antiguos ritos de las sociedades
primitivas. Es en el sistema educativo, y más en una sociedad como
la nuestra, en la que los padres parecen haber delegado sus deberes
educativos en el Estado, donde los jóvenes conforman gran parte de
sus valores y toman un primer contacto con la sociedad de los
adultos. Y efectivamente, el rasgo común que comparte la
supuestamente “generación mejor preparada de la historia” es por
la propia definición de los políticos a la que aludíamos antes, el
hecho de haber sido diseñados, modelados, cincelados y rematados por
el sistema de la LOGSE. A eso es a lo que se alude precisamente por
parte de los políticos al señalar su gran preparación, al sistema
de enseñanza y titulaciones generados por esta ley.
El segundo rasgo generacional de este
grupo es la imposibilidad de encajar en el sistema productivo
español. Es decir, la situación de crisis actual que no les permite
ejercer en España una profesión de acuerdo con la titulación
obtenido. Es decir, se trata de una generación marcada por el paro,
la emigración y, en el mejor de los casos, la sobretitulación; es
decir, sus integrantes tienen un títutlo superior al puesto que
desempeñan. Esto tiene unas consecuencias terribles para ellos y es
la imposibilidad de desarrollar su propia vida de acuerdo a los
cánones hasta ahora habituales. Tener hijos, vivir en pareja,
sostener una vivienda o simplemente mantenerse a sí mismos y no
depender de los padres se ha convertido para muchos de ellos, tal y
como recogen las estadísticas oficiales, en una entelequia.
Aplicando estas dos características a lo anteriormente dicho, tendríamos que convenir entonces que esta generación va aproximadamente desde los nacidos en 1980 (que ya sufrieron la implantación de la LOGSE) a los titulados recientemente (muchos con doble titulación o máster de posgrado) y que no encuentran acomodo vital (nacidos por tanto hasta 1990) pues ya cuentan al menos con unos 23 o 24 años. Esos, groso modo, son los límites de esta generación.
¿Y está la generación de los nacidos
en España entre 1980 y 1990 mejor preparados que ninguna otra
generación en la historia de España?
Pues la respuesta es no. Obviamente. Ya
de por sí la afirmación es una apuesta muy fuerte porque eso quiere
decir que los nacidos en los años 50, 60 y 70 estaban peor
preparados que ellos. Eso supone decir,en la práctica, que el
sistema generado por el tardofranquismo era peor que el actual porque
preparaba peor a los estudiantes. La pregunta es ¿quién cree que es
mejor la LOGSE de lo que fue el BUP? Y otra pregunta orientada a los
profesores de secundaria que han conocido ambos sistemas. ¿Quién
preferiría haber estudiado la LOGSE en vez del BUP? Esta es, en
última instancia, la cuestión.
Yo, desde luego, creo que esta no es la
generación mejor preparada de la historia porque considero que el
antiguo BUP era mucho mejor sistema que el actual LOGSE Por mi puesto
he conocido como docente ambos sistemas educativos y sé
positivamente que el sistema anterior, (la ley Villar Palasí de
1970) era mejor que la LOGSE. Pongamos varios ejemplos. En el pasado
un buen estudiante de letras había leído en 3º de BUP las grandes
obras de la literatura española como el Quijote y en COU obras
exigentes como El árbol de la ciencia o Tiempo de silencio. En la
actualidad, se puede acabar una carrera como Filología sin haber
leído el Quijote. Eso en los años 80 y 90 era imposible. Por otro
lado, en el COU anterior eran muchos los alumnos de letras o
ciencias que se veían obligados a repetir el curso por no tener
aprobado el Latín o la Física. En veinte años de mi experiencia
dando Bachillerato LOGSE sólo he conocido a un profesro que haya
sido capaz de evitar la titulación de un alumno por no aprobar su
asignatura. Todos sabemos en qué se convirtieron las juntas de
evaluación desde que esta funesta ley se implantó y de ahí
surgieron (como todos sabemos) chistes, chascarrillos y hasta
letrillas burlescas como un romance muy curioso que yo mismo tengo
colgado en este blog. Es decir, el nivel de exigencia era mucho mayor
que el que se implantó a partir de 1994. Esa es la realidad. ¿Eso
quiere decir que todos los alumnos LOGSE han sido malos?
Indiscutiblemente no. Ha habido como sabemos muchísimas excepciones
a esta norma. Pero lo que hay que remarcarle a los políticos y a
todos los demás es que esos jóvenes no se han generado gracias a
este sistema sino a pesar de él. Es decir, han salido buenos alumnos
porque a pesar del ambiente reinante han sido capaces de imponerse
gracias a su personalidad y constancia. Tengamos en cuenta que en
muchos centros, estudiar ha sido motivo de ser motejado, insultado,
acosado y hasta agredido por los antisociales que esta ley consintió
que profanaran los centros de estudio. Y quien no conozca varios
casos de estos es que no ha estado en un instituto en los últimos
veinte años. Yo, en mi antiguo destino, siempre decía que en aquel
ambiente el niño que estudiaba era un verdadero héroe.
Y en esas condiciones, sabiendo que a
los alumnos se les regalaba la ESO y el Bachillerato (no a todos, por supuesto), la
respuesta ha de ser clara. No, no es la generación mejor preparada
de la historia. Es triste, pero es así.
Disculpad por la sábana de hoy, pero
he sido incapaz de explicar más brevemente estas ideas. En las
siguientes entregas, dedicadas a los culpables, a las víctimas y a
las consecuencias sociales de este problema, procuraremos ser más
sinópticos.
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