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jueves, 4 de abril de 2013

¿Cómo debería ser el ejercicio práctico de las oposiciones? Las oposiciones y la calidad de la enseñanza (4)

Hoy volvemos de las vacaciones y nos reintegramos al blog siguiendo nuestro análisis sobre la naturaleza del ejercicio de las oposiciones. En la entrega anterior proponíamos ideas sobre la naturaleza del examen teórico. Pasaremos hoy revista al ejercicio práctico.

En nuestra opinión, esta prueba no solo es necesaria, sino que es muy importante porque va a permitir valorar la capacidad del opositor para resolver de forma adecuada problemas prácticos asociados a su especialidad. Esto es importante porque de esta forma, el sistema no solo seleccionará a los opositores con mayor memoria, sino que también detectará a quienes son capaces de relacionar sus conocimientos ante un problema concreto. Por otro lado, esta práctica tiene que servir para probar la capacidad del profesor de resolver cuestiones similares a las que planteará a sus alumnos en la clase.

Esto quiere decir que la prueba práctica, en nuestra opinión, debe tener relación por un lado con los conocimientos que exija el temario y por otro establecer relaciones con las prácticas que realmente se realizan en las aulas de los institutos. Vistas así las cosas, y entrando en mi especialidad de Lengua española y literatura, mi opinión es que debe bascular en torno al comentario literario y lingüístico. Creo en este sentido que no debería volverse al comentario filológico (que no tiene nada que ver con lo que se hace en las aulas) y sin embargo sí podrían incorporarse pruebas de sintaxis u otras prácticas similares a las que se hacen en los centros de secundaria. Ahora bien, en nuestra opinión, las pruebas que son imprescindibles son el comentario literario y el comentario lingüístico.

Y en otras especialidades, ¿cómo debería ser la prueba práctica?

4 comentarios:

Álvaro Fernández dijo...

No he podido seguir el alto ritmo de publicaciones que llevas, a este paso adelantas a César Vídal como escritor prolífico ;-)

Sobre las oposiciones para profesor, sin entrar en detalles y después de haber reflexionado sobre el tema, yo creo que tendrían que ser como las de juez, abogado del estado o inspector de hacienda. Oposiciones muy duras y sueldo muy alto. Se trata de atraer a los mejores, ¿no?

Recordemos por ejemplo que, salvo muy casos excepcionales como el del autor de este blog, la mayoría de los estudiantes que eligen la rama de humanidades o letras en el bachillerato son los menos capaces, los más inseguros, los que según su propia terminología, eligen simplemente el bachillerato fácil en lugar del difícil. Esos son los que van a dar clase a nuestros hijos. Hay que corregir ese desvío a posteriori.

Tendría que haber también un sistema de premios a los docentes. Por ejemplo, aquel profesor de matemáticas que vaya a un instituto problemático y consiga mejorar sensiblemente los resultados de la selectividad (en número de aprobados y en nota), debería ser premiado con una muy suculenta gratificación en metálico.

Insisto en lo de atraer a los mejores, porque la tarea es de capital importancia para la sociedad.

Eduardo López Prieto. IES Javier de Uriarte (Fuentebravía) dijo...

Hola, Álvaro: Comenzaremos agradeciendo la buena opinión que tienes sobre mi persona, pero sinceramente, creo que es erróneo pensar que yo pueda ser un caso excepcional. Te garantizo que hay muchísimos profesores de Historia, Lengua, Filosfía o Latín muy inteligentes. Sin embargo, y aunque creo que la conclusión final de tus palabras es un error, sí creo que es cierto la idea de base que te lleva al planteamiento (que suele haber mejores alumnos en los bachilleratos de ciencias que en los de letras) yo creo que es correcta o al menos así ha sido en mi experienciac oomo docente. Pero no es menos cierto que la profesión de profesor no se debe nutrir de esa "mayoría" de estudiantes a la que aludes, sino de la flor y nata. De eso es de lo que se trata. Y te aseguro que esa distinción entre profesores de letras y de ciencias es errónea porque invesamente a lo que planteaban las leyes de la dialéctica, en esto de las oposiciones, la calidad no se obtiene de la cantidad sino al revés; es decir, a menor cantidad de plazas por opositor, mayor competencia entre opositores y por tanto mayor calidad del profesorado. Y esa lucha (ratio entre oferta de plazas y demanda de opositores) no se ha producido por ser de letras o de ciencias, sino por otras razones más políticas que otra cosa.

Sobre la elección de los mejores para la docencia y la mejora salarial estoy totalmente de acuerdo. Y lo de los premios en función de los resultados también.
Creo que sería posible hacerlo siempre y cuando las evaluaciones fueran externas, objetivas y partieran de un momeneto inicial o cero del grupo el momeneto final para ver la evolución independientemente del nivel sociocultural del grupo de base. Eso creo que es factible.

Y como siempre, un cordial saludo-

Álvaro Fernández dijo...

Bueno, una puyita para los de letras, ya sabes que siempre os hemos mirado con superioridad. Un simple recuerdo de los viejos tiempos del instituto. Efectivamente, hemos tenido profesores "de letras" muy buenos, no lo dudo. Pero ya ves que no era ése el tema central de mi comentario.

Sobre el sueldo, lo veo claro, los mejores al puesto de mayor responsabilidad del país: profesores. 5.000€ mensuales de sueldo base, bofetadas para ser profesor, oposiciones difíciles, muchos opositores y pocas plazas, como dices.

Sobre los incentivos también lo veo claro. Vete al peor instituto de España y si duplicas el número de aprobados en selectividad te doy 20.000€ a final de año como complemento por objetivos, modelo empresa privada (y si mantienes o superas la mejora, más complementos los años siguientes). Bofetadas entre los mejores para ir a los peores institutos, que es lo lógico y no lo que pasa ahora que es lo inverso.

Sigamos soñando.

Eduardo López Prieto. IES Javier de Uriarte (Fuentebravía) dijo...

Efectivamente, sobre lo de los incentivos y lo del aumento salarial y la dificultad de las oposiciones, estoy absolutamente de acuerdo. Efectivamente hoy los que ya tienen una experiencia y pueden elegir, se van a destinos cómodos. Léase, mi propio caso. Eso viene condicionado por el sistema de puntos.

Ahroa bien, y muy importante, todo eso solo puede funcionar en España si nos acostumbramos a que la evaluación sea externa y absolutaemnte objetiva, tanto en oposiciones, como en reválidas o en exámenes de selectividad.

Saludos.